A menudo guardamos en el cuerpo experiencias emocionales o relacionadas con nuestro desarrollo en la infancia que pueden ser liberadas a través del cuerpo sin tener que revivir el dolor que las originaron. Muchos síntomas físicos son el resultado de compensaciones debidas a las zonas inmovilizadas del cuerpo. La liberación del trauma resuelve a menudo condiciones crónicas.
El trauma aparece cuando una persona vive una experiencia que no es capaz de afrontar. Entra en shock e insensibiliza o inmoviliza partes del cuerpo para reducir así la intensidad de sentimientos y sensaciones.
Esto es normal en todo proceso curativo siempre y cuando la experiencia pueda ser integrada con el tiempo. Sin embargo, a menudo el shock se fija y los músculos y la fascia se solidifican alrededor de la zona inmovilizada.
El resultado es que estas partes del cuerpo quedan enterradas inconscientemente, con lo que aparecen sentimientos indeseados y sensaciones de estrés o incomodidad.
Físicamente, movimiento y postura se distorsionan para evitar mover estas zonas conflictivas y esto suele generar problemas físicos.
Es necesario que el cliente sea un explorador activo y experimente en su propio cuerpo de forma que los patrones empiecen a aflojarse y el trauma pueda salir de su prisión e integrarse con el resto de cuerpo-mente.

EN EL SEMINARIO VEREMOS:
• Como trabajar con la fascia para, de forma suave y segura, motivar a las zonas escondidas a reconectar con el sistema corporal.
• Como llevar la conciencia a los órganos de la zona afectada para que inicien un movimiento y se expresen en “primera persona”.
• Como ayudar al cliente a procesar el trauma a través del movimiento sin aferrarse a su historia personal.
• Como utilizar las “ Seis Formas de Contacto “ para ayudar a reintegrar el cuerpo-mente.
• Como practicar el Qigong interno y enseñar al cliente las bases del Qigong para fortalecer su energía y crear así un entorno seguro en el que pueda procesar el trauma.

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