Acompañamiento a las personas con cáncer en Shiatsu y MTC 

Acompañamiento a las personas con cáncer en Shiatsu y MTC 

Voy a explicar brevemente el contenido de un curso que fue realmente intenso. Gracias a APSE por invitarme a darlo, gracias por su confianza y la de todos los asistentes y felicidades a todos los miembros de APSE por su labor. 

Intentaré ser esquemático y mostrar todos los puntos que considero importantes para poder abordar un tema tan delicado como el que nos ocupa. Pido disculpas de antemano por cosas que pueda omitir, obviar, generalizar o simplificar, pero el espacio no da para más. 

También me gustaría pedir, que intentes entender todo lo que explico: palabras, frases, contextos. Y no importa que creas o no lo que explico, sino simplemente que lo entiendas para que puedas así crear una opinión propia sobre ello. 

El primer punto que hay que tener en cuenta cuando un terapeuta de Shiatsu quiere acompañar a personas con un diagnóstico de cáncer es que auto-diagnostique su capacidad de vivir la frustración y la ansiedad. Una frustración que seguramente surgirá cuando los pacientes y las personas que tiene a su alrededor manifiesten la muerte. A mí personalmente, todos mis pacientes se me mueren, o más pronto o más tarde, pero todos acaban muriéndose. Y ya sé que muchos de ellos me piden vivir, vivir para siempre, pero yo, de momento, no puedo hacer nada al respecto. Así, que si espero algo diferente, estoy abocado a vivir la angustia y la frustración. Entender la vida y entender la muerte aparece así como un requisito imprescindible para todo terapeuta, por no decir, para todo ser humano. 

Hay una frase, en relación al tema del curso que es: “persona enferma de cáncer”. Esta frase nos permite desarrollar todo el contenido del curso, y lo hicimos a través de la comprensión de las tres palabras principales de la frase: persona, enferma y cáncer. Empecemos por la primera. Persona. Cuando indago sobre la persona, sobre el sujeto, sobre la identidad, sobre mi propia identidad, sobre el Yo Soy, Yo Siento, Yo Experimento, me doy cuenta que imputo el término Yo sobre mi elemento de conciencia, sobre mi capacidad de percibir y de experimentar. Y esta capacidad no está consolidada en el cuerpo físico, porque aún sin ojos sigo teniendo experiencias visuales, aún sin oídos, sigo teniendo experiencias auditivas, experiencias que vivencio en mi mente. Una mente que tampoco está supeditada a una entidad biológica como un cerebro, una neurona o un impulso nervioso, ya que la experiencia nos dice, que aún sin funcionamiento cerebral, yo sigo experimentando y teniendo conciencia. Otra cosa es que tenga recuerdo de ello, pero hay una constatación de que esto es así. De este modo, el Ser consciente, el Yo Soy, existe de forma independiente no causal de una entidad biológica, transcendiendo así el nacimiento o la muerte de este cuerpo que uno manifiesta. Y este hecho no es una creencia, la creencia es justo lo contrarío, creer que uno existe supeditado y causado por una entidad biológica. Así, Yo, que transciendo la muerte de mi físico, que permanezco aún después de su incineración o de ser un manjar exquisito para pequeños metazoos, ¿Qué temo? ¿Qué quiero evitar? ¿Por qué me aferro a esta existencia? Son preguntas que solo uno puede responderse a sí mismo. Desde mi rol de acompañante, solo puedo eso, acompañar a la persona en sus dudas, interrogantes, respuestas, cogniciones. Sabiendo que lo importante no es que la persona se muera o no, porque al final se morirá seguro, sino que encuentre procesos de relax, de abertura y de conciencia, ya que eso es lo que se llevará hacia otros niveles de existencia. 

Encontramos así mismo, que la naturaleza de la conciencia es luminosidad, espacio y potencialidad infinita. Y que nunca puede ser mancillada, estropeada, rota, ensuciada o enfermar. Si cojo un bote de pintura, y lanzo su contenido al espacio, ¿El espacio se mancha? ¿Queda algún resto de la pintura en el espacio? ¿Hay menos o más espacio que antes? ¿Ha cambiado la naturaleza o manifestación del espacio? La respuesta a todas esas preguntas es: No. Así, mi conciencia puede vivir y manifestar cualquier experiencia, y no ser nunca su naturaleza esencial alterada. Enferma. ¿Qué es la enfermedad? Generalmente se imputa el término enfermedad sobre una serie de manifestaciones clínicas: inflamación del tejido, disfunción orgánica, aumento de la tasa de colesterol en sangre, falta de memoria a corto plazo, decaimiento físico, hipersensibilidad emocional… Pero todo esto, no son más que formas posibles de manifestaciones de la vida de un ser humano. Tenemos que distinguir estas manifestaciones de la sensación de “enfermo”, algo que es totalmente subjetivo y vinculado a la experiencia de la propia persona. Y si que quizás yo puedo tener una espondilitis anquilosante (una manifestación posible de mi estructura humana) y no sentirme enfermo. Muchas veces hemos experimentado la sensación de poder disociar un síntoma que padecemos, de la sensación de enfermedad. ¿Cuánta gente se siente enferma sin tener ningún síntoma descrito como patológico ni ninguna disfunción física, emocional o mental? La enfermedad no es algo que exista por si misma disociada de la vivencia personal. La enfermedad es un mero concepto que surge de la mente de la persona. La enfermedad se asocia siempre a una experiencia de sufrimiento. Y eso es lo que la gente quiere evitar, no la enfermedad, sino el sufrimiento. Cuando tu investigas sobre la vivencia de un paciente frente a su presunta patología, lo que descubres es que realmente lo que le importa al paciente no es “no estar enfermo”, sino dejar de sufrir. Es por ello, que es importante ver que la vida se puede manifestar de muchas maneras diferentes, y no por ello deja de ser vida. Un tumor, una neoplasia, son formas posibles de manifestación de un tejido, algo que entra dentro de la normalidad de expresión como ser vivo. Es el sufrimiento que el paciente proyecta sobre esta manifestación, lo que realmente hace que busque desesperadamente una curación, una remisión de los síntomas, una vida eterna. 

Así que viendo que la enfermedad es un mero concepto mental, es sobre ello que debemos focalizar el trabajo. Sabemos que la vivencia mental de enfermedad trae consigo unas manifestaciones características: tensión, falta de espacio, obnubilación mental. Hechos que afectan tanto a cuerpo físico como al cuerpo emocional y al cuerpo mental. Así, nuestro traba- jo con el Shiatsu se centrará en estos puntos: 

– Abrir espacios corporales.
– Crear relax.
– Despertar la conciencia corporal, la conciencia sensorial y la conciencia mental. 

Cáncer. El cáncer se define como “enfermedad neoplásica con transformación de las células, que proliferan de manera anormal e incontrolada”. Con esta descripción y con este diagnóstico vienen a vernos las personas “enfermas de cáncer”. Pero como ya hemos visto antes, realmente, quien viene a vernos es una persona, que manifiesta unos signos corporales y manifestaciones clínicas particulares y que además, suele vivir esto con angustia, sufrimiento y con el concepto de que está enferma. Pero nada puede alterar su naturaleza esencial como ser consciente, así que realmente no son importantes sus síntomas sino la vivencia que tenga de ellos. Naturalmente que siempre tendremos que adaptarnos a la realidad del paciente, por lo que si para él lo importante es eliminar los síntomas, sobre eso centraremos nuestro trabajo. 

Desde el punto de punto de la Medicina Tradicional China, el cáncer tiene una etiología particular en sus primeras fases de manifestación: la alteración de los flujos (sanguíneos, linfáticos y nerviosos) y la acumulación de Humedad perversa. Aunque la etiología de base se pueda esconder detrás de estas fases biológicas de manifestación. Causas emocionales, polución ambiental, alimentación, radicales libres, dogas, conservantes, radiaciones ionizantes, estrés, traumas… son algunas de los condicionantes que pueden ayudar a que se manifieste una alteración celular. 

Cuando aparece una alteración de los flujos y una acumulación de humedad perversa, esto empieza a alterar el líquido intersticial, afectando al intercambio que la célula realiza a través de su membrana, dando lugar a diversas manifestaciones que enumeramos seguidamente por orden de gravedad: 

– Infiltrados a cavidad potencial.

– Quistes.

– Abscesos.

– Displasias y metaplasias. 

– Neoplasias benignas.

– Neoplasias malignas.

– Neoplasias malignas con metástasis.

– Neoplasias malignas con metástasis y necrosis.

– Neoplasias malignas con metástasis, necrosis y iatrogenia médico quirúrgica.

– Neoplasias malignas incurables. 

Encontramos que el paciente que desarrolla un proceso oncológico entra en acidosis metabólica –el terreno se acidifica– y hay entonces escasez de oxígeno – esto se llama hipoxia– lo cual obliga a las células sanas a mutar si no quieren morir. La célula sana vive en un medio alcalino rico en oxígeno, usa muy poco sodio para vivir y utiliza proteínas levógiras –con giro a la izquierda– que son estables en él. 

Al haber poco oxígeno, en lugar de oxígeno el cuerpo utiliza ácido pirúvico mediante el fenómeno conocido como glicolisis que le permite obtener moléculas de ATP pero generando como residuos ácido láctico y alcohol. Es una ruta anaeróbica –sin aire- para sobrevivir. La célula sana aeróbica que vive en terreno alcalino se vuelve anaeróbica pero en un entrono ácido que para poder soportarlo tiene que alcalinizar su núcleo, su citoplasma, para lo cual se carga de sodio de un modo desmesurado. Y asimismo utiliza para alimentarse proteínas dextrógiras en lugar de levógiras ya que las mismas viven en medios ácidos. 

Aumentar el oxígeno y eliminar la acidosis, será el objetivo del tratamiento, lo primero con shiatsu y trabajo respiratorio y lo segundo con dieta y remedios externos. 

Trabajo aconsejado de Shiatsu. 

Aparte de las maravillosas técnicas y conocimientos que todos los practicantes de shiatsu poseen con las cuales van poder trabajar con los pacientes con diagnóstico oncológico, propongo una serie de trabajos específicos para mejorar su estado: 

Ampliar los espacios respiratorios (clavicular, pectoral, abdominal, pél- vico, zonal). 

a. Aplicar kembiki para relajar todo el tejido, superficial y profundo.

b. Generar espacio con estiramientos y tracciones. 

c. Acompañar la respiración aplicando presión al expirar y tracción en la inspiración. Enfatizar en las zonas bloqueadas y en las zonas donde esté instaurado el tumor. 

Creación de relax.
d.
Aplicación general de kembiki.

e. Manipulación de Sotai, movilizar el cuerpo desde los pies con movimiento transversal.
f. Liberación fascial de todo el raquis con movilización craneal. 

Ampliar la conciencia.
g.
A través de toques con la mano, incitar al paciente a que dirija su atención hacia la zona tocada. Dirigir el tacto hacia la zona afectada para restablecer la conexión nerviosa y mental.
h. Realizar “toques” en la columna e incitar al paciente a que dirija la atención hacia la zona tocada. 

Trabajo de soporte externo 

– Desacidificar el terreno del paciente, alcalinizándolo.
• Eliminar de la dieta todo lo que acidifica: alcohol, café tabaco, azúcar, lácteos, hidratos refinados, carne roja, mariscos, huevos … 

– Tomar baños de agua caliente con 2 kg. de sal marina.
• Seguir una dieta muy baja en sodio o sal.
• Aportar enzimas proteolíticas de acción selectiva, con capacidad de eliminar las proteínas dextrógitas y dejando intactas las levógiras (por ejemplo, RENOVEN).
• Potenciar los emuntorios: 

– Pulmón, con tomillo, llantén, gordolobo…
– Hígado, con alcachofa, cardo mariano, diente de león, boldo, desmodium… 

– Riñón, con té verde, cola de caballo, arenaria, azukis…
– Piel, con baños de agua caliente con sal, 20gr. por litro. 

– Lavado de colon.
• Aporte de complementos vitamínicos, A, B, C, D y minerales.
• Si la persona a sufrido sesiones de quimioterapia, es imprescindible: 

– Tomar sopas de Miso, 2 al día.
– El baño diario con 2 Kg. de sal marina. 

– Si la persona a sufrido sesiones de radioterapia es imprescindible: 

– Tomar sopas de Miso, 2 al día.
– Baños diarios con 2Kg. de sal marina + Litines.
– Aplicación local de Aleo Vera en la zona radiada. 

– Restringir la ingestión:
El azúcar blanco, la harina blanca refinada y sus derivados, los aceites, refinados, los lácteos de origen animal excepto el requesón, los embutidos, todos los alimentos fritos, todo alimento y bebida que contenga aditivos químicos y colorantes artificiales, los cacahuetes, la margarina, el marisco, la trucha, el emperador o pez espada y el salmón de piscifactoría, la comida preparada, la enlatada y las conservas, las bebidas alcohólicas, el café, el tabaco. 

– Potenciar la ingestión:
Las verduras frescas. En particular ajos, cebollas, coliflores, coles, brécol, brócolis, puerros, pimientos verdes, remolachas rojas y zanahorias, las frutas frescas de temporada, especialmente limones y uvas. El aceite de oliva virgen extra. Los cereales integrales, sobre todo el trigo sarraceno. Los frutos secos(a excepción del cacahuete); sobre todo las nueces. Las pipas de cala- baza. La miel virgen y el polen. Los pescados sin piel. Aceite de lino. Zumo de chucrut (col fermentada blanca). Zumo de remolacha roja (cultivo ecológico). Arroz integral (cultivo biológico). Trigo sarraceno. 

Ingerir tres vasos al día de agua de mar (Sakay) en proporción 2/5 para restablecer el equilibrio plasmático. 

En mi propia experiencia clínica, son muchas las personas que se benefician con la aplicación de todo este trabajo. Algunas mejoran sus síntomas y dolores, otras incluso ven remitir toda afección, y otras se mueren pero con una sensación de relax, abertura y conciencia. Pudiendo, en estas últimas fases de su vida, descubrir aspectos de ellos mismo que desconocían y que les ha sorprendido gratamente. Aspectos como la comprensión, la aceptación, la valentía y el amor hacia ellos mismos y hacia los demás. Y los que nos quedamos aquí, vemos que en esencia el cáncer no es más grave que un constipado, a veces incluso es mucho más inspirador y dador de vida, ya que nos pone cara a cara con la propia existencia y con nuestra propia naturaleza esencial. 

Y termino con una paradoja, ¿cómo es que las células inmortales de un cáncer nos hacen morir? ¿No será que ellas nos acercan al reconocimiento de nuestra propia inmortalidad como Seres conscientes? Espero haber sido de utilidad. 

Vicente San Juan Antón