¿Cómo funciona el Shiatsu? ¿Qué es exactamente lo que pasa cuando hacemos Shiatsu?

¿Cómo funciona el Shiatsu? ¿Qué es exactamente lo que pasa cuando hacemos Shiatsu?

Por Patrizia Stefanini.

Boletín Apse Invierno 2005.

El modelo que uso de referencia en mi Shiatsu tiene su origen en el conocimiento de dos teorías: el Shiatsu de Shizuto Masunaga, profesor fundador del Shiatsu Keiraku, (que ha dado lugar a un desarrollo amplio en su variedad desde los años 80), y la Física Cuántica, herencia de mi formación universitaria.

Doy por supuesto vuestros conocimientos de los principios básicos del llamado Zen Shiatsu de Masunaga, mientras que cuando hablo de los principios de Física Cuántica, me refiero a lo siguiente:

  • La realidad se crea a través de la observación: no existiría siquiera el mundo sensorial si no fuera por el observador que le da vida.
  • Las dinámicas fundamentales en el microcosmos se basan en los principios de la “no casualidad”.
  • Existe la posibilidad, bajo condiciones específicas, de que la materia pueda comunicarse en la distancia o puede “aparecer” de la nada (la llamada teoría de Bell).
  • El estado objetivo de la materia se define por una superposción de estados diferentes (piensa en la paradoja de Schrödinguer)

Estos principios apoyan el trabajo de Shiatsu basado en la conexión de meridianos/partes del cuerpo por presión: la visión del sistema de meridianos de Masunaga como una red es muy apropiado.

El meridiano expresa una calidad humana vital, un movimiento en la vida, no un estado o una condición concreta (ni de enfermedad ni de salud).

Si pensamos en la actitud del dador, su enfoque con relación a los receptores, lo que él o ella quiere encontrar, lo que busca… podemos decir que el dador define a su receptor (y viceversa).

También podemos plantear el Shiatsu como un camino hacia el desarrollo personal, sin verdad absoluta, solamente como inspiraciones a seguir y principios a desarrollar.

El ser humano ya no es el centro del mundo, con la excepción de su propio universo… La práctica actual de la medicina occidental aún se define por subdivisiones y categorías, mientras que los mensajes que recibimos a un nivel subatómico, en lo que consideramos como la “realidad cotidiana”, es demasiado complejo para un enfoque tan simplista.

Foto de Ron Lach

 

Cuando doy Shiatsu busco una calidad vibracional que tiene la máxima probabilidad de expresión junto con una de las líneas de definición teórica del mapa de Masunaga. Siento los meridiandos como ondas con un espectro de frecuencias de vibración diferentes que describen niveles distintos de la manifestación humana. Siento cómo me libera la realidad cuatro dimensional del espacio y del tiempo mientras estoy con este trabajo.

Volviendo a la pregunta inicial (¿qué es exactamente lo que pasa cuando hacemos Shiatsu?): la respuesta más sincera y más coherente con lo anteriormente escrito, es que depende de la conexión entre el practicante de Shiatsu y el cliente actual. Son ellos quienes definen el espacio en el cual ocurre el Shiatsu; de alguna manera se define a sí mísmo. Se puede interpretar este espacio como el lugar de encuentro de dos campos energéticos, donde sus posibilidades de resonancia definirán qué comunicación pueda haber, lo cual se traduce a lo que pueda pasar.

¿Qué clase de lenguaje lo convertirá en expresión?

El lenguaje cuántico, normalmente analógico (formado por pasos finitos y sectoriales), es muy poderoso. Cada meridiano (como cuerdas en vibración) seleccionará una señal. La suma de las señales diferentes define el campo energético que puede resonar con otros.

Defino la resonancia como la habilidad de un campo energético a vibrar en sincronización con otro o imitar su modelo vibratorio. Como practicante de Shiatsu intentaré trabajar sobre mi campo energético para hacer el campo resultante lo más capaz posible de encontrarse con modelos energéticos (= seres humanos) en el punto más amplio de expresión. El Shiatsu, pues, se convierte en un estímulo para ampliar nuestra capacidad de expresión y así contactar con nuestros recursos propios.

Shiatsu, el cuerpo físico y los otros cuerpos.

En busca de una mejor percepción de la energía en la forma humana”: Seminario de Pauline Sasaki y Cliff Andrews (Grimstone Manor. Devon. England. 14-18 de Abril, 2005).

El pasado mes de Abril, tuvimos la suerte de asistir al Seminario que venían celebrando tradicionalmente, cada dos años, Pauline Sasaki y Cliff Andrews. Suerte no sólo porque el curso mereció la pena, sino también porque supimos, cuando estábamos allí, que Pauline no volverá a Europa a enseñar, aunque continuará haciéndolo en EEUU, donde reside.

El Seminario empezó el día 14 por la noche, con las presentaciones, y terminó el día 18 con los tratamientos que dieron ante el público Sasaki y Andrews.

Las jornadas estuvieron claramente estructuradas. Las explicaciones alternaban con el trabajo práctico, al que seguían comentarios, preguntas y respuestas. Mañana y tarde empezábamos con una sesión preparatoria de Chikung. Después, revisábamos el trabajo del día anterior, lo que resultó ser muy útil porque nos ayudaba a fijar, en la medida de lo posible, conceptos y experiencias. Por último, abordábamos nuevos temas.

Shiatsu y Ki.

Ya que Shiatsu trabaja con KI -Energía-, era natural que dedicáramos la sesión inicial a sentirlo primero y a definirlo después. Tras un ejercicio de contacto con los meridianos, y después de contrastar lo que unos y otros habíamos sentido, llegamos a un acuerdo para definir KI como “movimiento, vibración, cambio”. Tomando como base estos conceptos, elaboramos cuatro conclusiones, todas ellas importantes para entender la naturaleza del trabajo que hacemos en Shiatsu. Fueron las siguientes:

  1. Si KI es movimiento, los meridianos no pueden estar siempre, y en todos nosotros, en el mismo lugar.
  2. Si KI es cambio, el diagnóstico por el Hara puede cambiar de momento a momento.
  3. Puesto que cambio constante equivale a posibilidades infinitas, el campo en Shiatsu es ilimitado.
  4. Y, por último, si KI es vibración, Shiatsu consiste en transformar dicha vibración en trabajo corporal.

Foto de Diana Ligh

Terminada la discusión, volvimos a lo que todos estábamos deseando, a trabajar con las manos. La práctica que hicimos a continuación tenía por objeto ampliar nuestra capacidad de percepción de la Energía cuando palpamos el Hara. Palpar con levedad, y hacernos invisibles -nos decía Pauline- son condiciones indispensables para sentir.

Nosotros no existimos solo en nuestro cuerpo, sino que creamos un campo energético en torno nuestro, de manera que la comunicación entre las personas es resonancia. Intuición es la “información” que todos nuestros sentidos recogen para crear la realidad de un Hara o un meridiano.

Nuestro trabajo consistía en palpar el Hara de un compañero y sentir, con todos nuestros sentidos corporales, su Energía: teníamos que olerla, oírla, gustarla… Muchos de los que estábamos en la sala dudábamos de tener la finura sensorial que se nos pedía. Con todo, seguimos las indicaciones de nuestra instructora: procuramos hacernos “invisibles” y que nuestro contacto fuera leve. Y así, como por arte de magia -¡pero no era magia!- unos percibieron la Energía aquella mañana como algo amargo, o frío, o picante, o estridente… otros, como si hubiera sido un lago, un susurro, un olor a quemado, el tacto de la seda..

Sin duda, aquel fue un buen ejercicio de libertad.

Tres cuerpos y cuatro formas de energía.

Todos tenemos una experiencia de nuestro cuerpo físico. Probablemente, los que practicamos Shiatsu, la tenemos también de los meridianos. Y nos atrevemos a decir que todos nosotros creemos en la existencia de un cuerpo etérico o energético, aunque no lo hayamos percibido.

Por tanto, que Pauline dijera que tenemos tres cuerpos -el físico, el de los meridianos y el energético o etérico- no fue una novedad. Lo importante fue las consecuencias que de ello sacó:

Las vibraciones que emite cada uno de los cuerpos son de distinta frecuencia (De lentas y densas -cuerpo físico- se elevan -cuerpo de los meridianos- hasta llegar a ser muy rápidas y sutiles -cuerpo etérico-) y, por tanto, la información que recibimos cuando estamos dando shiatsu es de distinta naturaleza según provenga de uno u otro cuerpo. Tenerlo presente puede ayudarnos a resolver las dificultades que a veces surgen cuando queremos “entender” lo que sentimos en el curso de los tratamientos.

El cuerpo físico es un punto de referencia indispensable en Shiatsu, nos mantiene en contacto con la Tierra y no debemos renunciar a él. Sin embargo, ensanchar sus límites es aumentar nuestra capacidad para entender la gran variedad de situaciones que presentan los diferentes receptores.

Por otra parte, tenemos que aprender a conectar con todas las formas de Energía -la física, la emocional y la espiritual-. Pero antes de deciros cómo lo hicimos, queremos hablaros de una práctica que consistió en trabajar sólo en el cuerpo físico:

Después de palmear, presionar puntos y hacer estiramientos y rotaciones, procurando no sentir o pensar nada relacionado con la Energía, nos sentamos para poner en común nuestras impresiones. Casi todos los asistentes habían encontrado aburrida, poco creativa, esta forma de dar Shiatsu, pero para algunos había resultado gratificante y, desde luego, fácil. En lo que todos estuvimos de acuerdo es en que el trabajo preferentemente físico es lo más adecuado con determinados receptores y en ciertas situaciones.

Para conectar con todas las formas de Energía, necesitamos:

  1. Centrarnos o, con palabras de Pauline, “alinearnos”. Para ello, hemos de tomar como punto de enfoque, no el Hara -porque éste nos pone en contacto con el cuerpo físico-, sino la columna vertebral, que nos sitúa entre el Cielo y la Tierra y nos da una sensación de espacio y libertad.
  2. Utilizar el peso de nuestro cuerpo, que ha de estar relajado, como han de estarlo las manos.
  3. Cuidar de que el ángulo de penetración sea perpendicular, porque solo así llegaremos al punto en que la Energía vibra.
  4. Adoptar el ritmo o “tempo” apropiado, el que a cada uno nos permita estar relajados y en conexión con la Energía.

Foto de Benjamín de las Fuentes

La práctica que vino a continuación consistió en dar Shiatsu a un compañero teniendo en cuenta las indicaciones que acabábamos de recibir. En esta ocasión, lo que sentimos, tanto los que dábamos como los que recibíamos, fue muy diferente de lo que habíamos sentido cuando trabajábamos desde un punto de vista “puramente físico”. Uno de nosotros dos pudo observar cambios energéticos en el Hara de su compañero aún antes de haber entrado en contacto con él, simplemente por el hecho de estar centrado, alineado con la Energía Universal.

Decididamente, Shiatsu ha evolucionado y hoy está muy lejos de su definición literal.

Conclusión.

Como os decíamos al principio, el día 18, Pauline Sasaki y Cliff Andrews dieron cada uno un tratamiento delante del grupo.

Pauline nos informó, antes de iniciar la sesión, de que ella trabajaba fundamentalmente con los Chakras y no con los Meridianos, ya que aquellos son multidimensionales y le ofrecen, por tanto, más posibilidades que éstos, que solo tienen tres dimensiones. No utiliza futón, sino una camilla, que se ajusta más a las necesidades de algunos de sus clientes.

Empezó la sesión con el diagnóstico, que obtuvo al mirar el Hara de la persona que recibía, sin necesidad de palparlo, ya que ella puede ver la Energía. Continuó alternando el contacto de los meridianos en el cuerpo físico y el trabajo en el cuerpo etérico o energético, cuyos cambios nos iba comunicando a medida que los percibía.

Cuando terminó, sentimos que el Seminario había llegado a su cumbre, aunque no hubiera concluido.

La conclusión general a la que nosotros llegamos, después de unos días tan ricos en experiencias, fue que todas las formas auténticas de sanación se basan en la existencia de un cuerpo que no es el físico -llámese éste Meridianos, Chakras, Aura o Energía Universal- y en la posibilidad de conexión con el mismo. Que todas conducen al mismo fin, a pesar de sus diferencias externas, y que todas son válidas.

Shiatsu es una de esas formas.

Ojalá podamos todos, mediante el desarrollo de nuestra intuición y sensibilidad, contribuir a la sanación de los que nos lo pidan.

Para corregir tu mente confía en el no-hacer.

Deja de pensar en complicaciones y aferrarte a ellas.

Conserva tu mente desapegada y plena.

Elimina la opacidad y la oscuridad mental.

Mantén tu mente clara como el cristal.

Evita fantasear y deja que emerja tu pura percepción interior.

Calma tus emociones y mora en la serenidad.

No te afanes en la adoración de ídolos, imágenes e ideas;

sería como poner una nueva cabeza sobre la que tienes.

(Hua Hu Ching. Lao Tse).