Fascia y Shiatsu – la fascia y sus cualidades

Fascia y Shiatsu – la fascia y sus cualidades

Introducción.

Me introduje en el tema “fascia“ hace aproximadamente 30 años y, desde el principio me fascinó su naturaleza, su comportamiento y su potencial curativo. Por lo tanto integré inmediatamente las técnicas de liberación de fascia en mis sesiones de Shiatsu. Y de ahí fui descubriendo, tratamiento tras tratamiento, la fantástica herramienta que es, tan simple, tan natural y tan extraordinariamente eficaz para apoyar el proceso de curación de mis clientes.

“Fascia“ es el término general utilizado para designar todos los tejidos conectivos de nuestro cuerpo. También se le puede llamar “matriz extracelular”.

Lo peculiar de la fascia es que es una única vaina lisa que se extiende por todo el cuerpo en una red tridimensional de la cabeza a los pies sin interrupción, hasta el nivel celular. Por tanto, la fascia cubre, separa, sostiene, conecta y protege todas las estructuras de nuestro cuerpo y les proporciona cohesión.

Se ha estimado que, si se eliminaran todas las estructuras del cuerpo, excepto la fascia, el cuerpo conservaría su forma. La fascia, por lo tanto, tiene un propósito principal, ya que permite que el cuerpo mantenga su forma normal y, por lo tanto, mantenga los órganos vitales en su posición correcta.

Otra característica importante de la fascia es el hecho de que está profundamente conectada y entretejida no sólo con nuestras estructuras más densas: huesos, músculos, ligamentos, órganos, etc., sino también con nuestras estructuras más etereas a nivel emocional, mental y espiritual. Además, la energía relacionada con traumas y/o tensiones a todos los niveles, no resuelta e integrada en nuestro sistema, queda atrapada en el tejido de la fascia.

También existe una conexión profunda entre la fascia y los meridianos, ya que la liberación de la fascia influye en el flujo de energía en los meridianos y el flujo de energía en los meridianos mejora la liberación de la fascia.

Composición de la fascia.

La fascia se compone de tres elementos básicos: La matriz extracelular

1. Células. La fascia tiene una amplia variedad de células:

  • Células destinadas a la formación y mantenimiento de la matriz (fibroblastos, osteoblastos, etc.).
  • Células destinadas a la defensa del organismo (macrófagos, mastocitos, leucocitos).
  • Celdas asignadas a funciones especiales.

 

2. Fibras. Las fibras se dividen en tres tipos básicos, según su composición y estructura:

  • Fibras colágenas: Este tipo de fibras son las más presentes en el organismo humano y en el tejido de la fascia. Las fibras de colágeno representan el 70% del tejido de la fascia, son flexibles pero no elásticas, muy resistentes a las fuerzas de tracción y menos a la compresión.
  • Fibras de elastina: Las fibras de elastina son largas, delgadas y su principal característica es su altísima elasticidad: pueden estirarse 150 veces su longitud. Se encuentran principalmente a nivel de ligamentos, tendones, piel, arterias, pulmones, etc.
  • Fibras reticulares: Las fibras reticulares forman el “andamiaje” de las otras células.

 

3. Matriz extracelular. La matriz extracelular es una matriz de material amorfo llamado sustancia fundamental: un gel compacto en el que se sumergen fibras y células. Las fibras dan estabilidad estructural a la matriz.

Restricción de fascia.

Todo tipo de traumas y tensiones no resueltas, físicas, emocionales, mentales y espirituales, pueden inmovilizar a la fascia y provocar la restricción de uno o más de los niveles energéticos de la persona.

La fascia reacciona al trauma y al estrés contrayéndose para proteger el cuerpo. Las fibras de colágeno se espesan para brindar soporte adicional al tejido que está sometido a estrés.

Es interesante notar en este punto que cualquier trauma o estrés que suframos, en cualquier nivel, será inevitablemente somatizado en nuestro cuerpo físico.

  • Causas de la restricción de la fascia:
  • Dolor
  • Contracciones
  • Limitaciones en el rango de movimiento
  • Disfunción de órganos y sistemas corporales
  • Desalineación de las estructuras corporales y
  • Mal funcionamiento en todo el sistema

Debido a que la fascia es una vaina única y una red interconectada, la restricción de la fascia en una parte del cuerpo se transferirá, con el tiempo, a otras partes distantes del propio cuerpo.

Foto de Annie Spratt

Foto de Annie Spratt

Liberación de la fascia.

Para liberar la fascia, no nos inclinamos, sino que usamos un toque muy ligero. Simplemente colocamos las manos, el pulgar y la punta de los dedos en la parte del cuerpo donde la fascia está restringida, escuchamos, sintonizamos y seguimos el movimiento de la fascia hacia la liberación.

Esto es una técnica muy simple que sin embargo requiere de nosotros ciertas cualidades fundamentales que son:

  • Tenemos que estar muy bien alineados y centrados, plenamente presentes en nuestro cuerpo, mente y espíritu.
  • Tenemos que estar en observación y sintonizando con todo el sistema energético del receptor.
  • Mentalmente tenemos que mantenernos libres de la intención de “arreglar lo que está mal” más bien tenemos que estar presentes para apoyar y acompañar el lanzamiento de la fascia.
  • Lo importante es que simplemente sigamos el movimiento de la fascia sin decidir en qué dirección debe ir el desbloqueo.

Como la fascia está profundamente interconectada con nuestras estructuras más densas y más expandidas, su liberación puede ser extremadamente efectiva, ya que permitirá que las estructuras más densas regresen a su rango de adaptación fisiológico normal, aliviando el dolor y mejorando la cantidad y calidad de movimiento y función. Así permitirá que las estructuras energéticas más expandidas a nivel emocional, mental y espiritual regresen a su potencial vibratorio normal.

Como no necesitamos inclinarnos cuando liberamos la fascia, podemos tratar a nuestros clientes en aquellos casos en los que el Shiatsu sería doloroso, arriesgado o simplemente no apropiado, es decir: dolor agudo, inflamación, fragilidad de los huesos, venas varicosas, lesiones, fibromialgia, artritis reumatoide y situaciones similares.

Los lanzamientos de fascia se realizan en todo el cuerpo, en todas las direcciones, dependiendo de dónde se encuentre la restricción.

Consideraciones y conclusiones.

Me gustaría concluir señalando cuáles son, en mi opinión, las analogías y similitudes entre Shiatsu y el tratamiento de la fascia que hacen que la integración de estos dos enfoques sea tan natural:

Ambos tienen un enfoque global del sistema energético: Shiatsu a través del sistema de meridianos y sus funciones mientras la fascia es un tejido “único” que se extiende por todo el cuerpo hasta el nivel celular.

Ambos conceptos de terapia se basan en el principio de “ser y no hacer“. “Ser y no hacer” significa que no estoy haciendo algo en el receptor o para el receptor o en vez del receptor, sino con mi presencia, mi intención y por supuesto mi toqu estoy con el receptor: soy un facilitador que le apoya, le invita y le ayuda a conectar con su poder curativo, a usar su fuerza, su potencial para entrar en contacto con su energía saludable para sanar el cuerpo en su totalidad.

Entonces, al “hacer”, estoy imponiendo algo al receptor, juzgando lo que está mal, decidiendo lo que es bueno para él, cómo debe curarse a sí mismo; al “ser” no estoy juzgando, decidiendo qué es bueno para el receptor y cómo debe de sanar, estoy con el receptor, estimulándolo a encontrar los aspectos saludables de su energía, su fuerza para sanar el cuerpo en su totalidad. Ya no estoy centrado en una parte del todo para ajustar, arreglar, reparar, sino que estoy en contacto con el todo.

Con esta actitud de “ser y no hacer“ estamos prestando toda nuestra atención, escuchando y apoyando a los clientes para estimular su poder curativo, pero no lo estamos haciendo por ellos.

En ambos enfoques tenemos que respetar las posibilidades de nuestros clientes y sus resistencias.

Esencial para ambos enfoques son, como ya se mencionó, la alineación, nuestra presencia constante, la observación y la escucha, la calidad de nuestro tacto y la sintonía con todo el sistema energético.

Podemos utilizar e integrar todas nuestras herramientas de Shiatsu para fomentar la liberación de la fascia: funciones de meridiano, movimiento de Kyo-Jitsu, mano madre y mano hija, la no-intención y otras herramientas más que conozcamos.

Por tanto, podemos concluir que el Shiatsu y el tratamiento de la fascia pueden integrarse totalmente y que su combinación amplía nuestro campo de intervención.

Los resultados que obtenemos en una sesión de Shiatsu pueden mejorarse mediante la liberación de la fascia y pueden tener un efecto más duradero.

La liberación de la fascia crea cambios muy profundos en nuestro sistema energético ya que, al liberar la energía atrapada en su tejido, permite el surgimiento de patrones emocionales y sistemas de creencias que ya no son relevantes para nuestra vida actual y que están limitando nuestro potencial de vida. Shiatsu, a través de su toque muy especial y enfoque global, ayuda a integrar y estabilizar estos importantes cambios energéticos.

Gabriella Poli