24 Sep Somos lo que comemos
Alimentarse según la filosofía oriental
Mucho antes de empezar los estudios de shiatsu tuve la sensación de que la alimentación es la base de nuestra salud, no sólo física, también de nuestra salud mental y emocional. Posteriormente, después de las sesiones con mis clientes más pronto o más tarde llegan siempre a la misma pregunta: ¿Qué puedo comer para estar mejor?.
Hace más de 15 años encontré en la macrobiótica la respuesta a esta pregunta. Esta filosofía está basada en la sabiduría oriental más ancestral y permite entender algo muy importante: qué tipo de energía tiene cada alimento y cuándo es el mejor momento para utilizarlo según mis necesidades personales. Cuando empecé con mis estudios de shiatsu, me encantó ver que podía combinar dieta y terapia siguiendo una misma filosofía, basada principalmente en los conceptos del yin y yang y los cinco elementos.
En este artículo voy a intentar resumir los principios básicos de la dieta macrobiótica, fundamentales para llevar una dieta saludable y que nos permita fluir, y os daré algunas pautas de alimentos y estilos de cocción representativos de las transformaciones de tierra y metal, que corresponden a la actual estación de otoño y que están relacionadas con el sistema digestivo, imprescindible para que podamos digerir, absorber y extraer el Qi de los alimentos.
La dieta y los cinco elementos
Uno de los modelos de la filosofía oriental más útil y práctico es el de los cinco elementos. Explica perfecta- mente cómo fluye la energía en la naturaleza y permite entender cómo funciona en nuestro cuerpo y en el medio que nos rodea, de forma que nos podamos nutrir de la calidad de energía más adecuada para cada momento de nuestra vida. Por ejemplo, en verano es interesante nutrirnos de la energía de fuego, si tenemos problemas en los riñones echaremos mano de la energía del agua, si le damos mucho al coco elegiremos la energía de tierra y si nos cuesta desvincularnos de otros en nuestra vida la mejor energía en ese momento es la del metal.
En macrobiótica clasificamos cada uno de los alimentos según su forma, tamaño, sabor, efecto, etc. y lo enmarcamos en cada uno de los cinco elementos. El modelo de alimentación macrobiótico es mucho más simple y efectivo que el de la Medicina Tradicional China por lo que es muy fácil de poner en práctica desde el primer momento.
En la estación de otoño tenemos dos elementos representativos: la tierra y el metal. En ambos el sistema más importante para cuidar es el digestivo: el estómago, el bazo y el páncreas, nuestros intestinos… ¿Qué alimentos nos pueden ayudar? ¿Qué formas de cocinar serán las más interesantes? Como terapeuta de shiatsu ¿qué puedo recomendar a mis clientes a nivel de dieta? Veamos todo esto en detalle.
Cereales Integrados
Los cereales han sido la base de la alimentación en todas las culturas alrededor del mundo. Si miráis en cualquier pirámide nutricional en todas ellas siempre existen cereales y derivados en la base de la pirámide. Los cereales nos proporcionan la energía necesaria para el día a día, son muy ricos en Qi necesarios para las funciones del cuerpo.
¿Por qué actualmente están tan poco de moda? ¿Los cereales engordan? ¿El gluten es nocivo para el cuerpo? El principal problema con los cereales es que en la sociedad moderna se están consumiendo de forma refinada y principalmente en forma de harinas. Esto está teniendo consecuencias fatales para la salud. El consumo de cereal refinado elimina multitud de nutrientes necesarios para la salud (minerales como el magnesio, tan necesario para la buena absorción de calcio, vitaminas del grupo B, etc.) y además genera grandes desequilibrios en nuestros niveles de glucosa en sangre. Esto hace que nuestro páncreas deba estar en continua alerta para generar insulina, llevar el exceso de glucosa al hígado, y éste a largo plazo genera grasa con toda la glucosa que le sobra. De ahí que digan que los cereales engordan, cuando realmente la realidad es que el único ereal que engorda es el cereal refinado.
En cuanto al tema del gluten, el trigo que estamos consumiendo en este momento es una variedad con exceso de gluten, hecho que está provocando que mucha gente esté generando intolerancias a este cereal. Es mucho más recomendable utilizar productos derivados del trigo espelta o también del kamut, variedades del trigo muy antiguas que son mucho más digeribles para nuestro cuerpo.
¿Qué cereales nos ayudarán a mejorar la salud de nuestro sistema digestivo? Según la filosofía oriental, los mejores cereales para esto son el arroz integral de grano corto, el mijo y el arroz dulce. En cuanto empiezan a caer las hojas de los árboles debemos introducir estos cereales al menos 3 o 4 veces por semana en todas las comidas, aumentando su proporción por la mañana y disminuyendo por la noche. Estos tres cereales mejoran increíblemente nuestras digestiones y eliminan problemas de reflujos, halitosis, etc.
Legumbres
Las legumbres junto con los cereales han estado presentes en las casas de todos nosotros durante décadas. Vayas donde vayas siempre existe un plato donde se combinan cereales y legumbres y al que se le añaden otros ingredientes, pero estos son fundamentales en una dieta saludable.
Científicamente se ha descubierto que la combinación de cereales y legumbres proporciona proteína de buena calidad sin necesidad de recurrir a los productos animales. Podríamos vivir durante el resto de nuestros días a base de arroz y lentejas, como ocurre en algunos monasterios budistas en el Nepal.
En la actualidad las legumbres tampoco tienen muy buena fama debido a los gases que producen. Esto es así principalmente por la proporción que ingerimos, muy superior a la necesaria, y además las comemos solas, como por ejemplo un plato de lentejas o un plato de garbanzos. Si combinamos las legumbres con los cereales, como bien hacían nuestros antepasados, este efecto se reduce al mínimo, y se elimina una vez nuestro cuerpo se acostumbra a comer legumbres con regularidad. También es importante no consumir las legumbres con productos animales (lentejas con carne y chorizo, cocido, etc) puesto que así producen muchos más gases.
Las legumbres que mejoran nuestro sistema digestivo son principalmente los garbanzos y las lentejas pardinas. Ambos tipos de legumbres producen una sensación de satisfacción y bienestar digestivo muy importante para nuestra salud. Recordad siempre combinarlos en el mismo plato con algún cereal, donde la proporción de este último sea bastante más grande, por ejemplo 70% de arroz y 30% de garbanzos.
Verduras
Las verduras son fundamentales en cualquier dieta, y es muy bueno tomarlas en
gran proporción en comparación a los cereales y las legumbres.
Os recomiendo tomar en mayor proporción verduras locales y de temporada. Según la ciencia nutricional moderna las verduras son ricas en vitaminas, minerales, fibra, agua, etc.
Según la filosofía oriental las verduras son increíblemente ricas en Qi y nos proporcionan una variedad en la dieta fundamental para no caer en el aburrimiento. He visto gente seguir dietas donde comen exactamente lo mismo todos los días y las han dejado a las pocas semanas.
También según la filosofía Oriental cada una de las verduras tiene una energía particular según los cinco elementos, por lo que nos ayudará a mejorar el estado de nuestros órganos y crearán una mayor vitalidad. Las verduras en este caso que mejoran el estado del sistema digestivo son principalmente las verduras redondas (calabazas, coles, repollos, coliflores, brócolis, etc.) y las verduras dulces y compactas (zanahorias, chirivías, nabos dulces, cebollas, etc.). Si consumimos este tipo de verduras obtendremos un sabor dulce de buena calidad que evitará que caigamos en otros dulces más artificiales y que a la larga nos traerán desequilibrios energéticos y de salud.
Frutas
Las frutas son un alimento que nos ayuda a refrescarnos. De hecho, hay
mucha más cantidad de fruta en verano que en invierno.
Tomar una ración de fruta de la estación diariamente, cruda o cocinada dependiendo del momento del año, nos permitirá relajar a nuestros órganos.
La fruta en exceso no es recomendable para la salud del sistema digestivo, ya que lo puede hinchar y enfriar. Sin embargo tomar una manzana o una pera al día nos permitirá saciarnos del sabor dulce sin llegar a grandes extremos. Los ingleses dicen One Apple a day keeps the doctor away (una manzana al día nos evita ir al médico).
Semillas, frutos secos y aceites
Otro grupo de alimentos muy importante son aquellos que son ricos en grasa. Mi experiencia me dice que el consumo moderado de alimentos grasos de origen vegetal no sólo no engorda sino que ayuda a regular el peso. Las semillas, los frutos secos y los aceites vegetales son la mejor opción para realizar una dieta que permita mayor vitalidad y ausencia de enfermedades graves.
Las semillas más recomendables son las de sésamo, calabaza, girasol, amapola, etc. Siempre es mejor tostarlas y añadirles algún condimento salado (sal, salsa de soja) antes de tomarlas para que se digieran mejor.
Los frutos secos también es importante tomarlos tostados y salarlos un poco. Los frutos secos que mejoran el estado del sistema digestivo son las almendras, las castañas, las avellanas y los cacahuetes, éstos últimos con mucha moderación ya que son muy grasos. Es mejor evitar los frutos secos tropicales (anacardos, nueces de macadamia, pistachos, etc.), ya que tienen un exceso de grasa no recomendable para nuestro clima.
En cuanto a los aceites vegetales, elegid siempre los que provienen de primera presión en frío y que se han obtenido sólo por medios mecánicos. El aceite de oliva y el de sésamo son los mejores para nuestro clima. Recordad que aunque son los más saludables tampoco conviene abusar en cantidad, un par de cucharadas soperas al día es más que suficiente.
Otros alimentos
Otros alimentos interesantes son las algas y los condimentos, usados ambos con mucha moderación. Las algas, verduras del mar, son cada vez más necesarias en la sociedad actual. La contaminación que nos rodea y la dieta actual basada en alimentos refinados hacen que necesitemos alimentos que nos ayuden a depurar y que nos nutran de minerales.
Las algas, consumidas en pequeñas cantidades, nos aportan todo esto sin cambiar el sabor de los platos. Actualmente tenemos algas de Galicia muy interesantes para consumir.
Es necesario también condimentar la comida para poder darle la chispa, aquello que nos satisface y que nos ayuda también a nivel energético y de Qi. Es bueno utilizar condimentos de diferentes tipos que no tengan sabores muy extremos. Algunos condimentos interesantes son la sal o las especias como la canela, la cúrcuma, el orégano, la mostaza, el pimentón, etc. Que den un sabor al plato sin ser los protagonistas.
Para mejorar nuestro sistema digestivo elegiremos el alga arame, alga muy suave y muy versátil. Como condimentos, aquellos que den un sabor dulce de buena calidad: pimentón, canela, orégano, etc.
Estilos de cocción
No sólo nos nutrimos de los alimentos, también de la forma en la que los preparamos. No es lo mismo alimentarse diariamente de ensaladas que tomar alimentos horneados. Las primeras nos proporcionarán ligereza, calor…
frescura… y en exceso nos puede infla- mar el estómago y los intestinos. Los alimentos horneados nos generan más concentración, energía, calor…
Pero en exceso nos pueden llegar a tensar el sistema digestivo. Entre estos dos estilos de cocción tenemos otros muchos que nos darán un equilibrio intermedio: escaldar, saltear, estofar, cocinar a la plancha, etc.
Las mejores cocciones para la salud de nuestro sistema digestivo son aquellas que no enfríen pero que tampoco resequen demasiado. Mi sugerencia es que toméis estofados en mayor proporción, y para no perder frescura acompañar el plato de alguna verdura escaldada o al vapor, de forma que se tome algo más fresco pero sin llegar al crudo.
Todos estos consejos sirven para vosotros y para los que reciben vuestro shiatsu. En cuestión de semanas notaréis los efectos de estos cambios, daréis tratamientos con mucha más energía y los que los reciben tendrán efectos mucho más rápidamente.
Que la medicina sea tu alimento y el alimento tu medicina.
Texto: Daniel Mayor. Director académico de ESMACA (Escuela de Macrobiótica de Catalunya).
Foto: Anna Pelzer y Dan Gold